Hablamos de la piel de la fruta, cuantas
veces nos hemos preguntado si deberíamos pelar la piel de un melocotón o
comérnoslo tal cual, o de una ciruela o de cualquier otra fruta que contenga
una piel apetecible.
Hay dos tipos de personas; las que se comen
la piel, hecho nutritivo pero tachado, por otros, como infeccioso por
contener pesticidas u otros; y las que asquean la piel y rebanan la pieza
hasta casi quedarse en los huesos.
Pues bien, en base a esto, vamos a comparar
las personas que comen las piezas sin piel y la gente que no le gusta
desnudarse, con la gente que consume la fruta con piel y le gusta desnudarse.
¿Una comparación algo rara verdad?
El tipo de persona que se come la piel de la
fruta y le gusta desnudarse tienen una misma filosofía para ambas, ¿por qué no?
Como se dijo anteriormente consumir las piezas de fruta con piel es sano y
beneficioso para nuestra flora intestinal y acumulación de nutrientes. Así como
desnudarse aumenta nuestra autoestima y forma de sentirnos a nosotros mismos.
Ambas son buenas para nuestra salud mental y corporal, pero también tienen un
aspecto negativo. La parte oscura de estas prácticas es; por una parte los
pesticidas de la fruta, que si se aclaran con bastante agua el problema se
elimina; y por otro lado la vergüenza y los complejos de cada uno frente al
resto, cuya solución es quererse más y cambiar la percepción de ti mismo. Esto
último conlleva un gran esfuerzo para una persona con baja autoestima pero
practicar el nudismo es algo que regenera la mente y ayuda a superar esos
pequeños complejos. ¡Hay que quererse más!
Por otra parte nos encontramos con los que
comen la fruta sin piel y no les gusta desnudarse. Esta clase de persona son
menos arriesgadas y no investigan en los beneficios de la práctica contraria.
Su filosofía es pues, ¿para qué? Para que dejar la piel de la fruta si su
tacto no me agrada ni en las manos. Para qué desnudarse si estando vestidos
puedo ocultar mis complejos. Son personas negativas y con autoestima baja, y al
fomentar estas prácticas conservan ese pesimismo y decoro hacia su propio
cuerpo. Así como al no consumir la piel de la fruta pierden los ricos
nutrientes que esta aporta. En definitiva estas dos prácticas hacen que el
cuerpo y la mente empeoren tanto en actitud como en salud.
MI BONITO dice...
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